Este año ha sido histórico para México desde el punto de vista del café. Por primera vez el consumo ha estado por encima de la producción nacional. Desde luego, la crisis de la roya ha dejado nuestra producción por los suelos estadísticos (2,2 millones de sacos) y entendemos que la situación se invertirá en la siguiente cosecha PERO lo que queremos resaltar es que hay un consumo nacional que crece y con tendencias que podrían suponer una oportunidad para los pequeños productores.
En impacto café hemos lanzando un proyecto piloto, junto con el apoyo decidido de cuatro organizaciones de pequeños productores para explorar las posibilidades de incursionar al mercado nacional.
De entrada, queremos subrayar que renunciamos a la estrategia de marca y producto de alta calidad después de analizar que ese mercado ya está saturado. Sólo en Chiapas calculamos que hay más de 40 marcas que compiten por el mercado.
Decidimos apostarle a otra estrategia basada en mucho volumen de café (sin marca), de las calidades inferiores que el consumidor promedio toma y con un margen comercial muy pequeño. O sea, la idea es maximizar el precio de las calidades inferiores e incursionar por volumen atendiendo a las calidades que el cliente requiere. Desafortunadamente para los amantes del café de especialidad, hoy día la taza promedio en México sigue siendo de baja calidad. Nosotros lo vemos como una oportunidad.
El piloto inició en abril de 2016, los resultados son pequeños pero muy significativos. Hemos vendido 2,068 Kg. y hemos aprendido muchísimo. Los clientes, por ejemplo, prefieren comprar una mezcla en verde y tostar ellos. Hay techos de precios por lo que hay que encontrar mezclas que sean competitivas. Y hay una tendencia creciente de proveerse de café sustentable. Los consumidores, sobretodo esa nueva generación llamada “los millenials”, basan sus decisiones cada vez más teniendo en cuenta la calidad, procedencia e impacto social de lo que consumen.
En el próximo ciclo consolidaremos esta iniciativa y esperamos posicionar el café de las organizaciones de pequeños productores en las tazas de los consumidores de las grandes ciudades. De momento, de forma anónima, pero con la visión de ir poco a poco ganando espacios para explicar la historia de los pequeños productores y todo el trabajo que hay detrás de esas tazas de café.